martes, 4 de marzo de 2014

6 de 40 (o cupcakes de piña colada)

Lo primero que pensé fue que estos cupcakes les gustarían a mis padres porque en su receta incluyen alcohol. Son de piña colada, no podía ser de otro modo, ¿no? Pero, bueno, en vez de hablarte de mis padres, querido lector imaginario, te mostraré cómo nos fue, a mi hermana y a mí, con estos exóticos cupcakes.

Comencemos por el bizcocho. Es simple. Mezclar todos los ingredientes y luego, cuando se tiene la consistencia pedida, agregarle los trocitos de piña fresca y mezclar otra vez. Por cierto, en este punto me hice una pregunta: si tienen trocitos de fruta ¿no serían entonces muffins? Sobre el tema recordé que la misma Paloma Casanave había escrito ya una pequeña nota en su página de Facebook, así que si quieres, querido lector, puedes pasarla a ver.




Ahora continuemos.

Me gustó mucho hacer el frosting, porque este no tenía huevos que se tienen que batir infinitamente, sino que está hecho a base de mucha azúcar impalpable y un poco de crema de coco que lo arma todo. Es muy rico y creo que no necesita demasiada técnica para que te salga perfecto.




Como puedes ver, querido lector imaginario, esta vez no tuvimos ningún contratiempo. Seguimos la receta al pie de la letra y todo resultó como debía ser. Lo único inesperado fue que quemé el coco rayado para la decoración. el libro recomienda dorar un poco para echarlo encima del frosting cuando los cupcakes ya están listos, pero, como no quería volver a hacerlo, decidí cortar tajaditas de piña y colocarlas encima y quedaron muy bien.


Y, por supuesto, la foto que nunca puede faltar es la del cupcake por dentro, como para que te dé un poco de hambre y un poco de envidia de no vivir en mi casa o de no ser uno de mis afortunados amigos que tendrán la dicha de recibir un par como regalo.


Lo sé: me sobra modestia.

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