martes, 18 de abril de 2017

Tea and Consent: sobre la chica violada en la discoteca

Sobre la chica violada en la discoteca... sí, porque, lo primero que tenemos que tener claro, querido lector imaginario, es que aquello se trató de una violación. El video que hace varios días se hizo viral no muestra una presunta violación... muestra una violación. Punto. Porque no importa si el chico era su flaco o su futuro esposo, ella no dio su consentimiento y tener relaciones sexuales con alguien que no te ha dado su expreso consentimiento, en cualquier parte del mundo, constituye una violación. Punto. Y aunque a muchos todavía les cueste entenderlo, yo sé que a ti no, querido lector imaginario, yo sé que tú sí entiendes la gravedad del asunto, yo sé que tú no le estás echando la culpa a la chica, yo sé que tú no te estás burlando. Pero si conoces a personas que sí, por favor muéstrales el siguiente video; te lo dejo en inglés (arriba) y en español (abajo).
 


Muy claro, ¿no? Si no hubo consentimiento, como en el caso de la chica, entonces se trató de una violación. El video en sí, el de la discoteca, no pude verlo, te cuento. Pero no me digas que cómo me atrevo entonces a comentar la noticia sin siquiera haber revisado la fuente principal... Como te digo, querido lector imaginario, los hechos son claros: la fuente existe y tú, si quieres, la puedes buscar, pero yo aquí no te la voy a dejar. No es necesario seguir incentivando el morbo. Te cuento que tampoco podía, al inicio, leer la noticia completa. Las notas que aparecían en Twitter y Facebook me daban una idea de qué se trataba, pero cuando empezaba a leer... no podía, me ganaba el asco, sentía ganas de vomitar. Y no, no es un recurso artístico, no estoy intentando causar más impacto al decir que la noticia me dio tanto asco que me produjo ligeras arcadas... ¿No te las produjo a ti? ¿Una chica violada en una discoteca frente a varias personas que no hacían nada, que solo filmaban? ¿En qué clase de sociedad vivimos? No quise y no quiero ver el video... puede que las arcadas me las aguante pero no las ganas de llorar.

Y es que, querido lector imaginario, este tema me toca de una manera personal. Cuando leí la noticia, al principio, no entendía por qué esta en particular, de todas las que a diario circulan, terribles todas, asquerosas todas, por qué esta me produjo más indignación y asco que las demás. Pero después entendí. Yo pude haber sido esa chica. Sí. Y qué rabia sentirse tan débil y tan sola en el mundo. Qué rabia y qué asco que una violación les parezca a todos algo tan normal.

Pero, María Claudia, qué hablas, claro que no, tú jamás te hubieras expuesto de ese modo, tú jamás hubieras tomado tanto, tienes que reconocer que esa chica se expuso, no estoy justificando nada, pero tienes que aceptar que...

Bueno, querido lector imaginario, yo he tenido suerte. Yo he hecho muchas cosas estúpidas en mi vida, yo también me he expuesto, y mucho, pero he tenido mucha suerte. Yo aprendí a la mala. Sí, a cocachos y bastante tarde. Pero cuando lo miro en retrospectiva solo vuelvo a pensar eso... cuánta suerte. En algún momento de mi vida hubiera pensado que una noticia como esta era un caso aislado... real, sí, y horrible, por su puesto; pero un caso raro, lejano, que no era común y que, si sucedía, la gente, como yo, iba a encontrarlo anormal, iba a condenarlo. Pero no es así. Lo que le sucedió a esa chica, sea quien sea, es algo común, es algo que una gran mayoría encuentra aceptable... solo fíjate en los comentarios que genera la noticia en Facebook. Violar a una chica que perdió el conocimiento por exceso de alcohol no está mal para muchos. Ni siquiera lo consideran una violación. Y eso es asqueroso. La idea de que una violación pueda ser aceptable, la idea de que pueda ser justificada... ¿En serio vivimos todavía en una sociedad así?

Cuando pienso en esta noticia pienso en mi propia vida porque el mundo en el que aquella chica vive no es en nada diferente a aquel en el que vivo yo. Piénsalo, querido lector imaginario, los chicos (y por chicos quiero decir chicos y chicas) que fueron testigos de aquella violación, que la grabaron, ¿acaso no viven también en Lima como yo?, ¿acaso no frecuentan los mismos lugares que yo?

Pero, María Claudia, tú jamás frecuentarías a ese tipo de gente...

Y tú como sabes. Y tú cómo sabes que uno de esos chicos, los que violan, los que pueden ver una violación sin reaccionar, no va a estar en una fiesta en la que yo pueda estar también. A menos que se trate de alguien que viva en un convento (y eso...), pues realmente nadie puede decir que vive en un mundo diferente al de aquella chica, que no le puede pasar algo similar. Yo sé que yo pude haber sido esa chica. Yo sé que hay muchas más.

Esta noticia, querido lector imaginario, me dio asco. Me indignó, me dio rabia, me puso triste y despertó muchas otras emociones en mí... pero sobre todo me dio asco. A veces, especialmente cuando las cosas van bien y parece haber cierta esperanza, olvido que vivimos en un mundo asqueroso, en un mundo en donde la gente está acostumbrada a aceptar lo que no debería ser aceptado, a acomodarse como mejor pueda e ignorar al resto, pero luego noticias como esta me jalan de vuelta a la realidad. Pero está bien, porque aunque sea feo y triste ser consciente de lo enfermo y podrido que está el mundo, si no lo estamos, entonces cómo lo vamos a cambiar. Y yo sé, yo sé que el mundo no va a cambiar de la noche a la mañana, no soy tan ilusa... pero tal vez una sola persona, una sola, sí logre hacerse preguntas, tal vez una sola empiece a cuestionarse si lo que pensaba antes estaba bien. Yo sé que probablemente muchas chicas más van a seguir pasando por situaciones parecidas (y la idea me enferma y me indigna), pero imagínate, imagínate, querido lector imaginario, que puedas evitar que una sola de ellas sea forzada a hacer algo que no quiere, imagínate que solo uno de los chicos que filmaba ese video que luego se volvió viral hubiera reaccionado correctamente... Hay cosas que sí podemos cambiar. 

Yo, querido lector imaginario, aprendí a la mala y no tienes idea de la suerte que tuve. Porque descubrir que el mundo era así me dolió mucho, sí, y me dejó muchas heridas que todavía no terminan de cicatrizar, pero aquí estoy hoy todavía, relativamente sana y relativamente bien. Yo tuve suerte, pero pudo no haber sido así. Por eso te pido, por favor, que mires ese cortísimo video que te coloqué al inicio y, si no lo tenías ya perfectamente claro antes, grábate bien en la cabeza lo fundamental que es el consentimiento en una relación sexual. Por ahora, si recuerdas y comprendes eso, si entendiste lo importante y básico que es el consentimiento para las relaciones sexuales en una pareja (de casados o de desconocidos), entonces vamos por buen camino. Y si encima te animas a difundirlo... pues vamos por excelente camino.

El mundo es un asco, sí, pero yo sé que tú, querido lector imaginario, me vas a ayudar a inclinar la balancita para el lado positivo. Tú eres chévere; y siempre es un placer conversar (¿conversar?) contigo.